Los Reyes Magos no llegaron

Hoy, 6 de enero, hice  algo que hacía tiempo faltaba en mis costumbres. Mucho, mucho tiempo, lo aseguro. Me levanté esperanzado con que los Reyes Magos hubiesen dejado algo para mí. No miré debajo de la cama sino que como niño de este tiempo ( sí, soy niño, me entusiasmo igual) corrí a la computadora. Tenía casi la convicción de que encontraría mi regalo allí al abrirla. Los Reyes debian de pasar por casa de un amigo antes... recoger el regalo y ponerlo en mi ordenador. Ya sabemos que los reyes no compran ellos los regalos, ni los buscan, sino que sólo se dedican a transferirlos. Pero ¡nada había! He esperado todo el día mirando la pantalla con el rabillo del ojo a ver si me sorprende. Quiero pensar que no encontraron la casa de mi amigo, que éste se quedó esperando, pero que antes del próximo 6 de enero, pueda contar con ese regalo que tanto espero, pues estoy seguro de que mi amigo no me ha olvidado.