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domingo, 8 de enero de 2012

DE GÓNGORA A GREENAWAY

   "Estoy ansioso y fascinado por hacerlas ( las películas) ,  pero no particularmente emocionado por verlas..."  
De unos planteamientos de vanguardia en cuanto al valor de espectáculo del cine, ahora nos sorprende con un retruécano Gongoriano.  ¿Estrategia de mercado, exentricidades de un genio o una propuesta demasiado vanguardista?

 
Me leo el artículo de abajo y no me extraña nada.  Ya en varias ocasiones he leído y escuchado a mi admirado Greenaway, decir cosas semejantes. Cosas,  un tanto freekis para un hombre que nos  ha acostumbrado  a contarnos historias maravillosas en cine.  No me he perdido una sola de sus películas, las he disfrutado todas;  sobre todo porque no me aburre como a él, ir a la sala oscura y ver buen cine,  como sus películas, llenas de sugerencias estéticas y conceptuales.
En cierta ocasión, en el Festival de La Habana, le escuché decir que el cine ya no debería existir para hacer historias narrativas, que el avance de la televisión y su cada vez renovada capacidad de hacer excelentes productos desde el punto de vista técnico, ha permitido suplir esa necesidad del espectador de ver en pantalla historias de vida, "cuentecitos" como él les llamó.  Consideraba Greenaway en los tempranos ´90, que el cine debía ser una experiencia estética y conceptual de altura, de grandes kilates, ambiciosa en lo filosófico y plástico.  No se contradecía este criterio con lo que nos mostraba en la pantalla. El cocinero, el ladron, su mujer y el amante, es una historia de amor, donde las haya y además,  sorprendente por cada uno de los elementos de su lenguaje fílmico.
Pero ahora, ha ido más lejos el compañero Peter...  Ahora resulta que el cine está muerto y que a él no le interesa el cine como espectador. Que está muy interesado por hacer cine, pero que no tiene ningún deseo de verlo.  "Porque el cine está muerto".  Si no es una estrategia de "marketing" cosa en la que no lo veo, pues es un artista serio, tan serio y completo que yo lo llamaría un renacentista;   va  entonces, como buen renacentista, adelantado a su época  pues lo que propone es -según la performace del espectáculo que se exhibirá en Chile-   tumbar paredes, abrir el espacio de la sala y ofrecer  un espectáculo audiovisual muy complejo, tan complejo, que no creo que la gente abandone masivamente las salas de cine para ir a verlo.

Amigo Greenaway,  con todo respeto, las historias bien contadas, las historias sorprendentes, el espectáculo  bien planteado en el cine, tal como lo conocemos,  siempre tendrá un público, eso si, un público más exigente.  No seas apocaliptico por favor que no se aviene con tu inteligencia.   El  cine - ya se ha dicho infinita y acertadamente,  se trasformará, se adatará a las nuevas  tecnologías, se reinventará tal como dices,  pero no morirá, como no mató la televisión al viejo cine, como no mató la fotografía a la pintura, ni la holografía y el laser a la escultura.

Hay espacio para todos, mi querido Peter, por suerte, en el fondo, no renuncias a hacer tus películas, allá tú si no quieres acompañarme al cine.


Peter Greenaway afirma que el cine "está muerto" y hay que reinventarlo
Santiago de Chile, 7 ene (EFE).- El director galés Peter Greenaway, que hoy dirigirá un espectáculo audiovisual en el centro de Santiago, insiste en que el cine "está muerto" y hay que reinventarlo, y asegura que está fascinado por hacer películas, pero no por verlas.
"Creo que el cine está muerto, terminado, pero también creo que ahora tenemos la imaginación, las herramientas y el optimismo para pasar a algo nuevo. Existe una necesidad de reinventar el cine", apuntó Greenaway en declaraciones que publica hoy el diario El Mercurio.
El director, de 69 años, presentará en la noche de este sábado en el Paseo Bulnes, frente al Palacio de la Moneda, su espectáculo "Lupedia", uno de los principales atractivos del festival de artes escénicas "Santiago a Mil", que se celebra cada mes de enero.
En esta ocasión, Greenaway se subirá a una plataforma y, convertido en un "video jockey", manipulará una gran pantalla de plasma táctil que emitirá más de 3.000 efectos de sonido y secuencias audiovisuales a través de cinco televisores gigantes.
El director asegura que ni siquiera se atreve a decir que este espectáculo, que algunos han descrito como el "nacimiento del cine en vivo", sea el futuro del cine, "pero es una muestra razonable de uno de los caminos que podría tomar", apunta.
Aun así, el polémico realizador admite que aún está haciendo películas "llamémosle convencionales".
Autor de cintas como "El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante" (1989), Greenaway confiesa además que no va al cine porque le parece "muy aburrido", un adjetivo que aplica a películas tan dispares como el clásico "Casablanca" y la reciente "Avatar".
"Seguro que a muchos les pasa que luego de cinco minutos viendo una película ya sabes lo que sucederá", explica.
Pero aunque no le gusta ir al cine, al director le sigue gustando mucho hacer cine, según cuenta.
"En los próximos seis o siete años espero hacer unas cinco películas, pero no creo que vayan a ser muy vistas. Estoy ansioso y fascinado por hacerlas, pero no particularmente emocionado por verlas", puntualiza.
Ese sentimiento se agudiza con el paso del tiempo, y se transforma en un distanciamiento entre el autor y su obra.
"Casi nunca miro mis películas seis meses después de hacerlas. Pero cuando me obligan o me persuaden a verlas, muchas veces siento que no fueron hecha por mí, sino por alguien completamente diferente", explica.
Además de presentar "Lupedia", el realizador dictará este domingo una conferencia magistral en el Centro Cultural Gabriela Mistral y posteriormente presentará dos de sus últimas películas, "La acusación de Rembrandt" y "La maleta de Tulse Tupper: Parte 1", en un céntrico cine de la capital.


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