Diego Armando Salazar es coprotagonista de la pelícua LO QUE LLEVA EL RÍO ( en Venezuela, DAUNA, Lo que lleva el río) que tendrá su estreno mundial en la Berlinale, en la exclusiva sección NATIVe, el 17 de febrero de 2015.

Así empieza la presentación de este personaje en LO QUE LLEVA EL RÍO ( en Venezuela, DAUNA. Lo que lleva el río) que interpreta el joven actor de teatro, cine y televisión Diego Armando Salazar y así se presenta el que será su mayor conflicto: escapar. No debo decir ahora de qué está escapando el padre Julio. Lo dejo para que lo descubran en las salas cinematográficas. Sólo les diré que este hombre está marcado por una condición y ahí radica su gran conflicto.


El actor y amigo Dimas González, quien sería el preparador de los actores indígenas, me lo recomienda y me da sus teléfonos. Veinticuatro horas después, estaba ante mí. Buena primera impresión a la que agregaba unas sonoras carcajadas y una decisión sin espacio para las dudas. Tienes que aprender el idioma warao, le dije. ¡Pues le echamos piernas! fue su respuesta con una sonrisa valiente.
Había otros candidatos para el personaje y yo tuve que viajar al Delta con Dimas González y Daniel Ramírez, mi jefe de casting, para escoger a los primeros candidatos a los personajes indígenas. Quedaron encargadas las productoras Adriana Herrera e Isabel Lorenz de llamar a los cinco candidatos y filmarles una pequeña escena de su personaje y enviármelo por correos electrónico para que pudiera ir tomando decisiones. Al fin nos decidimos por Diego y éste comenzó a prepararse para el segundo obstáculo que le imponía este personaje y que era nada menos que aprender warao.
Teresa Farrera, la traductora del guión del español al warao, sería la encargada de enseñarle los fonemas y su pronunciación. Tenía largos parlamentos en ese idioma con una carga emotiva fuerte por demás. Esto implicaba saber qué decía con cada frase y darle la intención que merecía. Fueron días de trabajo diario para él y Teresa y me sorprendió en uno de mis regresos del Delta, con un saludo en warao y diciengo los textos de forma magnífica. Le echó piernas, como me prometió y lo logró.
El rodaje en condiciones difíciles, sobre todo para personas de ciudad como nosotros en el hábito de andar por tierra firme, tuvo momentos de verdadera tensión. Fueron siete semanas a más de cinco horas río abajo, casi llegando al mar en las comunidades deltanas de Jokabanoko y San Francisco de Guayo. Pero Diego lo convertía todo en una fiesta. Siempre tenía un chiste, una carcajada, una frase cariñosa para sus colegas de escena. Terminaba una toma y me miraba serio con ojos interrogantes y yo le hacía una seña de confianza y satisfacción. Momento para la salida ingeniosa, el chiste y alegrar el ambiente. Diego, aparte de excelente y dedicado actor, es el colega que todos deseamos tener.
Gracias Dieguito. Sólo espera por los aplausos.
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