Hace unos días leí en un artículo de
prensa firmado por Fernando Mires en el que mencionaba “el inclaudicable amor
de Yoani Sánchez por las estrofas
de Silvio Rodríguez.” No me sorprende que una joven ( aún siendo de la
generación “Y”) graduada de una carrera de humanidades, poseedora de una fina sensibilidad, que
haya pasado su adolescencia y primera juventud en Cuba, le guste la poesía de
Silvio. Más aún, me parece muy normal y hasta un síntoma de gusto. Que Silvio y
Yoani estén en las antípodas políticamente hablando no impide que Yoani y otros tantos
que piensan como ella, disfruten a Silvio. ¿Por qué no?
Yoani Sánchez |
Si vamos a quemar o dejar de consumir la
obra de cada artista que ética o políticamente no nos gusta, nos quedarían muy pocas opciones y pasaríamos a
integrar el ejército de Torquemadas que puebla desgraciadamente la tierra.
Aún así, me puse a pensar en
la brecha enorme que hay entre el
comportamiento de los artistas y su obra. Y me preguntaba, ¿basta la obra de
arte para conocer a su autor? ¿Es siempre la obra verdadero espejo del poeta?
¿Qué misterio hay en el hecho de que, más veces de las que quisiéramos, el artista
es diferente del ser humano que escribe, diferente de su obra?
En lo personal, creo que no hay que
ser fidelista para gustar la poesía de Silvio; tampoco para rendirse ante un corto de Santiago Álvarez como Now o Ciclón; tampoco es necesario ser comunista para admirar la obra de Diego
Rivera o Frida Kahlo; ni franquista para no perderme una película o disfrutar
los escritos de Fernán Gómez. Leni Riefenstahl revoluciónó la técnica del
montaje y el guión documental con obras magníficas dedicadas al Tercer Reich.
Si no hubiese sido por su trabajo, poco sabríamos del boato, la fuerza y el
adoctrinamiento empleados por los fascistas y si la rechazamos, nos quedaremos
sin conocer sus magníficos y primerísimos trabajos documentales sobre el África
negra.
CUIDADO ABUELITOS, LOS NIETOS LOS PUEDEN
SORPRENDER.
David Bowie |
Jimy Hendrix |
Lo que no me gustó fue el ¿y qué?
ResponderEliminarTeresa Cruz
Exelentes reflexiones, muy de acuerdo en lo que planteas.
ResponderEliminara mi también me gusta mucho Silvio, de hecho tengo su música y a cada rato la escucho (tengo que reconocer que cada vez menos). Sin embargo, cuando Silvio estuvo la última vez en Puerto Rico no lo fui a ver. La razón fue muy simple; consideré que el concierto se iba a convertir en una manifestación política (lo que sucedió, claro está). Allí gritaron los chicos a favor de la huelga que en ese momento había en la Universidad de Puerto Rico, cosa que en Cuba jamás pasaría si hubiese una huela en la Universidad de La Habana. En fin, que mientras vemos al poeta como paradigma de la libertad, nos olvidamos (o se olvidan) que el sitio de donde viene, la intransigencia es lugar común, normal, natural...
ResponderEliminarMario: Saludos. Me ha gustado mucho tu escrito y espero que muchos algo aprendan de él. La vida -y los artistas son siempre parte de ella- no es en blanco y negro sino que tiene matices fuertes y suaves, sutiles y evidentes. Si no aprendemos a ver el conjunto y aceptar lo positivo y decantar críticamente lo negativo, seguiremos siendo unos dogmáticos despreciables. Jamás me podría imaginar la música contemporánea sin la genialidad de un Wagner antisemita.
ResponderEliminarTienes razón Calixto, un ejemplo maravilloso y emocionante es la actitud de un DANIEL BARENBOIM, director de orquesta judío que une cada año en conciertos a músicos judíos y árabes para hacer fiesta de la música sin fronteras religiosas y raciales.
ResponderEliminarMuy buen análisis. totalmente de acuerdo. No somos ni de derechas ni de izquierda ni de centro. Somos humanos con mas o menos cultura y con criterios propios. Hay personas que el odio los ciega y catalogan a los demás por sus gustos, es de estúpidos, como también lo es el odio y la intolerancia. Personalmente me gustan muchos temas de Silvio, Pablo. algunas poesías de N. Guillen y Ruben Martínez Villena, temas musicales del difunto Juan Almeida Bosque. Siempre recuerdo la frase del genial mejicano: El respeto el derecho ajeno es la paz.
ResponderEliminarExcelente. El análisis no es para nada simplista. Es una joyita al alcance de todos. Paradojas de lo que es al alma compleja y profunda de cualquier auténtico artista, dicho desmenuzadamente y sin afeites. Que cuando nos dá por la verborrea se nos escapa la gente y cambia de página.
ResponderEliminarGracias La Quintica. Me gusta.
Mario, una sola anotación a lo que dices: "Si vamos a quemar o dejar de consumir la obra de cada artista que ética o políticamente no nos gusta, nos quedarían muy pocas opciones y pasaríamos a integrar el ejército de Torquemadas"
ResponderEliminarNo es lo mismo quemar que dejar de consumir, y lo segundo no tiene nada que ver con inquisiciones. Básicamente de acuerdo con todo lo demás que has escrito; aunque el ejemplo de Aarón ( no asistir a un concierto) ilustra muy bien lo que sucede con Silvio, yo tampoco asistiría a ver uno de él por la misma razón. Pusiste muchos ejemplos de artistas cuyo arte ha sobrepasado a su condición humana...pero todos han fallecido y muchas de las causas que abrazaron también. Estoy seguro que dentro de muchos años la gente disfrutará muchas de sus canciones, otras serán olvidadas o servirán, como la gran obra de Riefenstahl, para explicar los entornos y causas de los ultrajes a que ha sido sometido el ser humano.
Me he deleitado estéticamente con los filmes de Riefenstahl, pero jamás hubiera asistido, o pagado por verlos, en el momento y por la causa que fueron creados. Como dice uno de los comentaristas: "el respeto al derecho ajeno es la paz" (y lo más atildado, agregaría). El respeto por el derecho de todos a expresarse, algo muy diferente a respetar lo que expresan.
Con el abrazo de siempre,
Filiberto Hebra
Querido Filiberto, tienes razón no es lo mismo quemar que dejar de consumir. Y rectifico. Es cierto que puede uno gustar de un fenómeno estético cualquiera y no acompañar públicamente al artista, a sus actos públicos para no estar apoyando su lado "no poético" y extra artísitico. Es mi caso. Personalmente disfruto en solitario o con mis íntimos la obra de los artistas y hasta la oratoria de un político, pero algo que aprendí hace tiempo es a no hacer corro.
ResponderEliminarNo he querido mencionar artistas vivo -o recientemente muertos en habitaciones de hotel, en vísperas de una actuación- para no aparecer como juez, ya que eso es precisamente lo que estoy criticando. Pero insisto en mi idea: Puedo respetar la obra de un artista ( o una parte de ella ) y verlo a él, en lo personal, muy distante de ella. Y es lo que me pasa con mi coterráneo de marras.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQuerido Filiberto, tienes razón, no es lo mismo quemar que dejar de consumir. No es un simple matiz lo que hace la diferencia. Y rectifico.
ResponderEliminarEs cierto que puede uno gustar de un fenómeno estético cualquiera y no acompañar públicamente al artista, a sus actos públicos para no estar apoyando su lado "no poético" y extra artísitico. Es mi caso. Personalmente disfruto en solitario o con mis íntimos la obra de los artistas y hasta la oratoria de un político, pero algo que aprendí hace tiempo es a no hacer corro.
No he querido mencionar artistas vivos -o recientemente muertos en habitaciones de hotel, en vísperas de una actuación- para no aparecer como juez, ya que eso es precisamente lo que estoy criticando. Pero insisto en mi idea: Puedo respetar la obra de un artista ( o una parte de ella ) y verlo a él, en lo personal, muy distante de la misma. Y es lo que me pasa con mi coterráneo de marras.
"Me he deleitado estéticamente con los filmes de Riefenstahl, pero jamás hubiera asistido, o pagado por verlos, en el momento y por la causa que fueron creados"
ResponderEliminarHasta parece que todo es una cuestión de tiempo, como ya pasó el facismo ahora ya podemos deleitarnos con la Riefenstahl.....!!!!!
No es cuestión de tiempo, es de leer el todo y no seleccionar convenientemente fuera de contexto: el deleite ha sido "estético" y lo hubiera sido también en aquel momento en que yo ni siquiera había nacido.
EliminarQuítele el sonido a "Soy Cuba" de Kalotozov y no pierde su esplendor, más bien el guión fue lo que la mantuvo por tantos años prácticamente engavetada y etiquetada como burda propaganda.
Pero es que estamos hablando de lo mismo! En todo caso, su reproche inicial al autor por las mismas razones que argumenta, no tiene sentido. Por cierto, llamarle pura propaganda a un clásico, es bastante reductor. En ese filme hay mucho más allá que la idea, técnicamente es una joya. En arte todo es una dicotomía, Texto, subtexto. ;-) Saludos.
ResponderEliminarDesgraciadamente y por suerte, no se puede separar, a veces, el arte de las emociones que conlleva, y si se puede hacer con el artista. Los muarales de Diego Rivera son pura propaganda polular o de izquierdas, así como lo es el arte de Riefenstahl, por el servicio al que se dedica y no por la técnica que se utiliza. Ese tipo de arte no es meramente contemplativo, sino que es utilizado expresamente para levantar o inspirar las emociones de una filosofía determinada. Cuando Silvio crea e interpreta "Canción Urgente Para Nicaragua" lo hace, valiéndose de su "arte", para llevar una idea o una ideología determinada a grandes masas humanas, con o sin encargo, eso es propaganda política o ideología definida, imposición de una idea sobre las conciencias de una masa determinada de una población determinada. Cuando Silvio crea y canta "Oleo de Mujer con Sombrero", deja que su "arte" exprese un sentimiento y una filosofía de la vida, de los seres humanos en tanto creaciones divinas o naturales, aflorando sentimientos universales y generales que no conllevan ideas políticas o filosofías excluyentes de tipo alguno y en este caso se acerca al arte en su sentido más puro. Incluso clásicos pueden ser reducidos a pura propaganda, el arte puede ser pura o burda propaganda, y puede seguir siendo arte. Los artistas pueden producir obras magníficas y ser ellos personas abominables en general, aunque siempre el peor de los seres humanos es capaz de llorar ante la muerte de un sinsonte. El alma humana es inescrutable y su visión y apreciación del arte impredecible.
ResponderEliminarSaludos Mario, excelente post y comentarios.