LO QUE LLEVA EL RÍO
Ficción, 104 minutos
Género: Drama
Idioma: Warao-español
País: Venezuela.
Año: 2014
Director: Mario Crespo
Director: Mario Crespo
Con el apoyo del programa IBERMEDIA
y Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC) de Venezuela
Sinopsis
Dauna se atrevió a ser diferente y
para defender su vocación, tomó decisiones por las que sufrió e hizo sufrir.
Enfrentó las costumbres atávicas de su cultura y pagó su precio. Sin rendirse a las derrotas y pérdidas, éstas
las condujeron a la reconciliación y la leyenda.
La producción.
LO QUE LLEVA EL RÍO fue filmada en
locaciones naturales en el Delta del Orinoco en Venezuela. Con siete semanas de
preproducción y siete de rodaje a un costo total 7,5 millones de bolívares ( El
control de cambio de divisas existente en el país, que fue fluctuando desde 4,3
por dólar a 6,3 y finalmente a 12 bolívares por dólar; fue devaluando el costo
del proyecto, desde la fase de preproducción). Llevado a dólares, podemos decir que el costo
total del filme es de 500 mil dólares, si
calculamos escalonadamente cada tipo de control de cambio aplicado en el año de
la producción. Creatividad y soluciones rápidas marcaron la impronta de esta
producción que terminó en tiempo tanto la fase de rodaje como la de
postproducción. No es diferente de la mayoría de las películas que se ruedan en
nuestros países, con pocos recursos y mucha imaginación.
Todos los escenarios fueron
seleccionados en la parroquia de San Francisco de Guayo a unas cinco horas de
navegación desde la ciudad de Tucupita,
capital del estado Delta Amacuro. Estas zonas deltanas son el hábitat de la
etnia warao desde hace más de cinco mil años. Los warao conservan una rica
tradición de literatura oral y musical. Han logrado convivir con el hombre
blanco desde la llegada de los curas capuchinos en la primera mitad del siglo
XX. Pero aún así, el proceso de
adaptación de la cultura a las condiciones que impone el contacto con otra
civilización, dejó huellas que en algunos casos aún hoy resultan traumáticas
para algunos; en otros, significó la incorporación de elementos que han
contribuido a una mayor calidad de vida y por tanto, el aumento de la
supervivencia.
Durante el período que duró la
preproducción, tiempo en el cual se confeccionó, con alarifes locales, una
caminería y algunos janokos (casas con
estructura de palafito); también el comedor y lugar de descanso para el equipo;
un jefe de casting se dedicó a reclutar
y reunir a los actores indígenas que pudieran asumir los diferentes roles del
filme.
Excepto el actor que representa al
personaje de Julio ( Diego Armando Salazar)
y los que asumieron el papel del superior de la Misión (Antonio Cuevas) y
otros dos personajes incidentales, el
resto de los personajes son llevados por hombres mujeres y niños de la etnia. La
joven que representa el personaje de Dauna adulta, que también es indígena
warao, es actriz aficionada y ha conducido programas de radio, amén de que se
graduó de comunicación social en una universidad y vive actualmente en la
ciudad de Tucupita.
Cuando tuvimos al menos dos opciones
por personaje en la preselección del casting, comenzó un período de preparación
a cargo de un coaching de actores que los entrenó durante mes y medio. No
pretendimos convertirlos en actores, pero sí ayudarles a adentrarse en el juego
de la actuación; eliminar posibles miedos escénicos; olvidar la presencia de la
cámara; interactuar entre ellos manteniendo un tema de conversación. En este período de trabajo fue asombroso
descubrir la capacidad lúdica y de concentración para los juegos. De esta
manera, fuimos definiendo el reparto y las tres últimas semanas se dedicaron a
improvisar alrededor de temas que estaban implícitos en el guión.
El guión.
En
el libro cinematográfico se conjugan, como es desde hace más de un siglo, dos
lenguas, el warao y el castellano. Compuesto por una estructura no lineal, con
saltos cronológicos y espaciales, guiado por el fluir de la memoria de la
protagonista, nos lleva de un momento y lugar a otro, contando aquellos hitos
importantes de la vida de Dauna y el tejido relacional que moldeó su carácter y
contribuyó a la formación de su intelecto.
Está
dividido en dos grandes bloques que muestran por una parte, la infancia y
adolescencia y por la otra, la etapa de formación juvenil, que se entreteje con
su estancia en la cárcel, contada ésta cronológicamente en sentido inverso al
el resto de la narración.
La fotografía.
La
fotografía, a cargo de Gerard Uzcátegui, está fundamentada, sobre todo, en el
uso de la luz natural, reforzada cuando es necesario por reflectores y en
algunos casos, como los rodajes nocturnos, por pequeñas luces. Nos hemos
planteado el menor artificio posible en el manejo de la iluminación y el mayor
verismo en el aprovechamiento de la luz y el paisaje naturales. A esto
contribuirá la tecnología aplicada con lentes y cámaras de alta definición de
última generación. En fin, el protagonismo de la luz no está dado por los focos
e implementos técnicos, sino por la magnificencia lumínica del lugar, que
envuelve a los hombres y mujeres que allí habitan.
La cámara.
La captura de imagen se hizo con una proporción de aspecto de 2.40:1,
con dos cámaras SCARLET-MX.
Cámara en mano con una
mirada documental se mueve alrededor de los personajes que no representan una
puesta en escena rígida y aprendida, sino que “actúan” como lo hacen en su vida
diaria.
Apostamos por los ángulos anchos y grandes planos generales que
permitan apreciar la majestuosidad del paisaje y la abrumadora presencia de
esas grandes masas de agua en las que vive desde hace siglos el hombre warao.
La banda sonora.
Para la música y la construcción de la banda sonora, elegimos el
binomio Alonso Toro - Gustavo González, músico e ingeniero de sonido
respectivamente. Buscamos que la atmósfera musical de la película reproduzca el
paisaje sonoro del Delta que es rico en sonidos del agua, los canaletes, los
cantos de los pájaros y de la rica fauna del lugar. El viento que se mueve entre la vegetación y
mueve el agua, crea un ambiente sonoro que Alonso Toro recreará usando su
tradicional experiencia en este tipo de construcción musical.
Por qué LO QUE LLEVA EL RÍO
(Comentarios del director)
Esta película se está
gestando en mi mente desde hace más de diez años. En 2001 me acerqué a las
comunidades warao del Delta del Orinoco con el objetivo de transferir las
herramientas de creación audiovisual a
los jóvenes de la etnia. Convivir con los warao, la segunda etnia en número de
Venezuela, me ha dado la oportunidad de observar el proceso de
interculturalidad que han vivido, cuyo punto de giro inicial, de más impacto,
fue la llegada de los religiosos capuchinos en la primera mitad del siglo XX. Desde ese momento hasta hoy se han ido
adaptando a los cambios que necesariamente les impone convivir con las
telecomunicaciones, el transporte de motor, la industria, la religión de los
otros y la política.
Para ellos, conservar
sus costumbres más íntimas e importantes, su cosmogonía, su lengua y con ella
su literatura, que es la base de cualquier identidad, ha sido una batalla
dramáticamente silenciosa. Para mí, ha resultado la posibilidad de reflexionar
sobre conservación y potenciación de las culturas, lo cual plantea un dilema desde estos dos
conceptos.
¿Conservar
o potenciar una cultura?
Una cultura es un
sistema sociocultural vivo y evoluciona perfeccionándose, adaptándose y
creciendo en la acumulación de experiencias y conocimientos. Se conforma como un sistema de creencias y
acciones que definen a un grupo y se transmiten de generación en generación,
trascendiendo a las personas que las detentan. Pero como esta herencia no es
biológica, sino intelectual, su proceso de adaptación a nuevas condiciones es
muchas veces violento.
De esto trata Lo
que lleva el río; una película que nos habla sobre la utilidad del
conocimiento de la cultura heredada y la necesidad de que sus depositarios
evolucionen y la hagan crecer al ritmo de los tiempos, sin olvidar ni
despreciar aquello que los hizo como son y lo que los une, en su diferencia,
con el resto del mundo.
En Lo que lleva el río, se
enfrentarán dos criterios en las personas de una pareja de amantes. Mientras
que Dauna evoluciona socialmente con los tiempos y vive intensamente los
valores históricos, mitológicos y artísticos de su cultura, desde su estudio y
adaptación a nuevas condiciones sociales y económicas, Tarsicio, su esposo,
aferrado a conceptos ancestrales de organización social que hoy resultan
discriminatorios de la mujer, pretende obligarla a permanecer atada al conuco,
el fuego, la cama. Entonces, ¿por qué enmarcar la historia en el Delta
del Orinoco? Para una mujer indígena, pobre y viviendo aislada en un
sitio como el delta de un río, sea el Mekong, el Yan Tse, el Misissipi o el
Orinoco, es mucho más difícil demostrar su valía, sobreponerse a atavismos
históricos y culturales poniendo en juego toda su capacidad de resiliencia para
no ser aniquilada.
¿Cómo consigo la película? Estamos haciendo un proyecto de aprendizaje del Cine Venezolano.
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